Las cortinas enrollables se han convertido en los últimos años en la estrella indiscutible de las decoraciones más exigentes, cualquiera que sea el estilo, multiplicando su presencia en oficinas y en residencias particulares.
El éxito en la implantación de las cortinas enrollables reside en tres conceptos: acabados, versatilidad y comodidad.
Las enrollables cuidan especialmente sus acabados, utilizando una amplia gama de tejidos cuyos colores combinan a la perfección con los componentes de la cortina. De esta manera, la enrollable es más rica en matices y más apta para todo tipo de entornos.
La simple tecnología del tubo sobre el que se enrolla el tejido puede resultar compleja, sacando el mayor partido de la versatilidad de las cortinas enrollables, que se adaptan a cualquier medio. Las podemos encontrar en ventanas interiores, de cristales exteriores, en los lucernarios horizontales a techo o incluso en superficies inclinadas, como las ventanas de buhardilla o los tejados acristalados de grandes dimensiones. A todo esto hay que sumarle comodidad en la instalación y en el uso de las cortinas enrollables.